Lo que el mundo entero debería aprender de la cocina cubana
Dicen que la mejor comida es la que nos cocinaba mamá cuando éramos niños, ¡y estamos totalmente de acuerdo! Así que hablemos hoy sobre los secretos de la comida que nos encanta y que nos trae encantadores recuerdos.
Debido a la colonización, la cocina cubana es una mezcla de influencias españolas y africanas. Los colonizadores africanos trajeron las frutas cítricas junto con el arroz y los vegetales, mientras que los esclavos africanos experimentaron con la yuca, el maíz y el quimbombó. Los platos cubanos típicos incluyen pollo mojo y frijones negros con arroz, un plato llamado moros y cristianos para representar la simbiosis culinaria del mismo.
Los huevos pueden hacer maravillas
Los huevos son uno de los pocos ingredientes que están disponibles fácilmente en Cuba. Casi todo el mundo tiene gallinas, incluso en las ciudades como La Habana. Ni falta hace decir que hay muchas comidas a base de huevo en Cuba, como los deliciosos huevos habaneros, hechos con huevos cocidos sobre sofrito, una mezcla salteada de tomates, ajos, pimentón y cebolla. O el picadillo cua cua, la versión loclal del plato “hash and eggs”, que contiene plátanos y a veces carne de res. Se sirve con arroz.
Lo frito suena bien :)
Los alimentos fritos son una característica constante de las comidas cubanas. La palabra vianda, que quiere decir comida, se parece a la palabra arcaica inglesa ‘viands’, pero en Cuba, se ha convertido en el término colectivo para designar a los tubérculos como la papa, la yuca, el calabacín, las batatas y una amplia variedad de ñames, que se comen todos normalmente fritos o sancochados.
Las especias lo hacen perfecto
Además del siempre popular ajo y de las cebollas, otras especias comunes utilizadas en la cocina cubana son el laurel, orégano, cilantro, comino y pimienta. Muchas salsas son a base de tomate. El sofrito es un ejemplo. Imagíneselo como una roux de sabor hecho sin harina. En su lugar, combina ingredientes aromáticos como tomates, ajo, pimentón verde, chorizo y cebolla con aceite de oliva a fuego lento. El sofrito con frecuencia se usa para darle profundidad y complejidad a los platos con arroz y frijoles, a las sopas y a los cocidos.