Hay algo extraño y especial acerca del helado en Cuba. A pesar de la escasez de alimentos, el racionamiento y un embargo comercial de décadas, los helados han logrado perseverar. ¿Alguna vez te has preguntado por qué esta pasión por el helado? ¡Sí, lo sabemos, ese sabor! Probablemente eso sería suficiente para explicar una relación tan profunda, ¿verdad? Pero hay más que eso…
Todo se reduce a la política
Es bien sabido que en 1962, el presidente estadounidense Kennedy compró 1200 cigarros cubanos horas antes de extender el embargo comercial a los bienes de consumo. Menos conocido es el hecho de que el líder cubano tenía su propio cargamento de golosinas prohibidas: Castro hizo que su embajador en Canadá le enviara 28 contenedores de helados de Howard Johnson’s, la cadena de restaurantes más grande de Estados Unidos en ese momento. Al parecer Castro tenía predilección por lo dulce, recordó el novelista Gabriel García Márquez, un amigo cercano suyo, en un ensayo biográfico donde el líder cubano una vez terminó un almuerzo con 18 cucharadas de helado.
Coppelia, un icono del helado
¿Siguiente paso? Castro ordenó específicamente la construcción de Coppelia. En 1966, Coppelia estaba abierta y equipada para albergar a 1000 personas a la vez con un menú de 26 sabores. La famosa heladería de La Habana, ubicada en una estructura estilo platillo volador en un parque del Vedado, es famosa tanto por sus colas como por sus helados, reuniendo tanto a lugareños como a turistas. Esta institución estatal, sumamente popular desde su inauguración, representa mucho más que simples helados.
¿Cuál es el mejor sabor?
No nos atrevemos a elegir uno, pero según 3guysfrommiami.com, el mango, el coco, la fruta bomba, el mamey, la guayaba y la piña son los más populares. Y ya que estamos hablando de sabores y estadísticas, dicen que el pedido habitual es 3 ensaladas. Suena bien… así que pensemos en un combo ideal y, ya que no podemos volar de regreso a casa en este instante, siempre podemos buscar la heladería cubana más cercana…